sábado, 20 de agosto de 2011

"Mosquitos volando y grillos cantando."

Es curioso. Es todo tan curioso, eufemísticamente hablando.
¿Cómo una persona me puede importar hasta tal punto? Me esfuerzo en olvidar, pero siempre vuelve a mi cabeza cuando menos lo espero. Le odio y le quiero con todas mis fuerzas, y parece una afirmación banal, parece que no sea capaz de comprender todo su significado, pero creedme que lo hago. Y me planteo la posibilidad de alguien mejor en una vida nueva, en otro lugar, tiempo y espacio... pero no funciona. Se ha grabado a fuego y me obsesiona. Al final, me veré obligada a entrar en esa nueva vida en la que pienso, pero nunca va a ser por voluntad propia. Si fuera por mí, hubiera parado el tiempo un junio de aquellos, tumbados en la cama muriendo de calor pero sonriéndole a él y a la suave brisa que entraba por la ventana.


domingo, 14 de agosto de 2011

Ríos de realidad se deslizan más allá de mis fronteras, huyen esperando su hora de regreso. Gota a gota, se evaporan a través de mis párpados y vuelan hacia algún lugar desconocido, pues no queda lugar para ellos en la tierra del sueño. Sólo un rastro de humedad me recuerda su existencia y me dice que aún estoy viva, que van a volver con la aurora. Y entonces, confiada en que así sea, me abandono al sueño.
Pero ¿cómo me sentiré, cuando no sea así? Cuando sepa que más allá de mi último parpadeo me espera únicamente el vacío, la nada, la no existencia. Cuando mi piel se agriete y se marchite, harta de tantos días de Sol soportados. Cuando mis huesos sean frágiles pergaminos con demasiada historia narrada y mis ojos unos autómatas que observan sus últimos días más por costumbre que por curiosidad.
Desaparecer para siempre da demasiado miedo. Y saber que nos acercamos a ese momento, llevados minuto a minuto por una corriente de la que ya sabemos el destino final, aún más.